CREENCIAS Y PENSAMIENTOS
LAS CREENCIAS.- Son pensamientos con una carga afectiva y que uno acepta como
verdaderos y que son adquiridos mediante el aprendizaje y la socialización. La
acumulación de todas nuestras creencias forma nuestro sistema de creencias.
Desde
nuestro entorno familiar y sociocultural vamos formando nuestro sistema de
creencias y pensamientos acerca de la realidad. En la adolescencia, cambiando
nuestras creencias, forjamos nuestro propio sistema de creencias y
pensamientos, vamos eligiendo los valores que queremos asumir para nuestra
vida. Pero hay que tener en cuenta, que nuestras creencias no pueden ser
objetivas, es decir, no guardar relación con la realidad verdadera. Por
ejemplo: si a Enrique lo despiden de su trabajo, quizá el impacto causado le
dificulte analizar las posibles causas verdaderas y se dedique a criticar a la institución,
en papel de víctima se disculpe de toda responsabilidad y eche la culpa a su jefe o a sus compañeros. si pensara así,
sería peligroso porque estaría afianzando un sistema de creencias irracional.,
y con el tiempo volverse un amargado. Lo que le fuera sucediendo lo iría
agregando a su sistema de creencias irracionales, impidiéndole analizar las
circunstancias con mayor objetividad y buscar soluciones positivas.
Como
podemos ver en el ejemplo, las creencias tienen una gran influencia en la
percepción que tenemos del mundo y en la interpretación de los comportamientos
de otras personas. Son las que gobiernan nuestra conducta, al ser el conjunto
de pensamientos que una persona posee acerca de si misma y la realidad externa
en general, por lo que a su vez, los sistemas de creencias cumplen la función
primordial de consolidar nuestra identidad personal.
Los
sistemas de creencias son:
a)
Las creencias conscientes: son pensamientos de los que
uno se da cuenta, se les puede identificar y reconocer como fundamento de
nuestras acciones. Ejemplo: “soy inteligente” “la vida es lo más valioso” “soy torpe”, etc.
b)
Las creencias inconscientes: son pensamientos de los que
uno no se da cuenta que existen, no sintiéndonos responsables por haberlas
aceptado. Sus experiencias se ven como “así es la vida”, “que mala suerte
me toco” .
c)
Las creencias fortalecedoras: son aquellas que nos hacen
pensar que valemos, que estamos seguros de hacer bien las cosas. Estas
creencias pueden ser conscientes e inconscientes. Un ejemplo de una creencia
fortalecedora inconsciente podría ser algo así como “siempre estoy seguro”. La persona pueda no
darse cuenta de esta creencia, pero la práctica, viviendo sin ningún temor por
su seguridad, evitando situaciones de peligro o ignorándolas.
d)
Las creencias limitantes: son aquellas que nos hacen
pensar que valemos poco, que los demás no nos quieren, y que nos inactivan como
“así es la vida” “resignación, no
podemos hacer nada más”. Son conscientes y lo contrario.
Hay que
anotar que los grupos de amigos u otros se forman debido a que sus miembros
comparten creencias similares, y cuando sus integrantes concuerdan mucho, se
forman creencias compartidas. En todo caso de lo que se trata es que estemos
vigilantes sobre los tipos de creencias que predominan en nosotros, tratando
que sean las fortalecedoras y no las limitantes las que se encuentren en la
base de nuestra conducta para crecer como persona.
Mecanismos para alcanzar
nuestros objetivos manejando nuestras creencias: puedes manejar tus creencias:
Observando
tus propios pensamientos: Saber
donde está concentrada tu atención es importante porque uno experimenta
físicamente lo que enfoca su atención. Mantengamos la concentración en algo
positivo y las cosas buenas empezarán a suceder, obviamente junto al trabajo y
empeño que pongamos y veremos que podrás alcanzar las metas que te fijes en la
vida. Si quieres lograr algo en la vida, mantén tu atención enfocada en una
meta (fijación de metas); si surgen, y lo harán, obstáculos en tu camino, no te
fijes tanto en ellos. Manéjalos, pero mantente enfocado en tu meta, cuando
te concentras en los obstáculos es cuando tiendes a rendirte.
Lo
que tú crees es lo que obtienes: Hay
mucho poder interno en ti, que proviene de la confianza en sí mismo y la propia
estima. Cuando uno tiene esa clase de poder no hay necesidad de tener poder
sobre alguien más o algo más, o que lo tengan sobre nosotros. En otras
palabras, ten fe en ti mismo (“me he preparado, yo lo puedo hacer”, “si
se puede”).
Mantén
un ambiente positivo: Desarrolla
tu habilidad para rechazar aquello que te hace daño. Esto se hará más fácil al
eliminar tus creencias limitantes. Tu eres libre para elegir lo positivo
frente a algo adverso que te sucede. Ejemplo: un(a) compañero(a) habla mal
de ti y te enteras y te da cólera. Elige ser asertivo(a), búscalo y aclárale
que si algo tiene que decir de ti, lo haga delante de ti; de este modo, tu
evitas tener sentimientos negativos y la otra persona aprende a ser sincera.
Repítete frases como, en este caso “nada ni nadie me quitará la paz que
necesito”.